Vanesa Segura Muñoz
Busca su identidad
Vanesa Segura nació en la Clínica San Miguel de Pamplona el 27 de marzo de 1984.
Vanesa cuenta que sus padres adoptivos, naturales de Burriana (Valencia), contactaron en el año 1980 con la religiosa Asunción Vivas Llorens, directora de la Fundación Mi Casa, para poder adoptar. Asegura que primero tuvieron que pasar una especie de control para ver qué tipo de personas eran, por esta razón, siempre que podían iban a una casa que la religiosa tenía en el Burgo de Ebro (Zaragoza), para pasar unos días ayudando en lo que hiciera falta. Siempre que subían iban cargados de comida. Allí coincidieron con otros matrimonios también pendientes de adoptar.
Vanesa asegura que fue entregada recién nacida a sus padres en la puerta de Urgencias del hospital donde nació
Según cuenta Vanesa, en marzo de 1984, la Hermana Vivas avisó a sus padres adoptivos para que se trasladaran a Zaragoza. El día 28 de marzo acudieron a la casa que la Fundación tenía en Garrapinillos (Zaragoza) donde los esperó la religiosa Inmaculada Sánchez. Tras permanecer un día en esta casa cuidando a los niños que allí se alojaban, se dirigieron a Pamplona junto con la religiosa. Vanesa afirma que sus padres adoptivos la recogieron recién nacida en la puerta de urgencias de la Clínica San Miguel de Pamplona. Asegura que pagaron ciento cincuenta mil pesetas. La hermana Inmaculada Sánchez es la que se encargo del papeleo y de inscribir a la niña en el Registro Civil de Pamplona.
Para Vanesa la hermana Asunción Vivas disponía de una red de contactos en diferentes hospitales españoles, entre ellos en la Comunidad Valenciana. Médicos, abogados, notarios, todos formaban parte de la trama. Algunos de ellos siguen vivos hoy en día. Dice que hay niños repartidos por toda la zona del Levante español.
Tres de las religiosas de la Fundación Mi Casa todavía viven
Recuerda a la hermana Vivas como una persona autoritaria y manipuladora. Ella es la que dirigía las adopciones, junto con otras religiosas, tres de ellas todavía viven. Considera que han jugado con ellos y pide justicia, leyes que ayuden a investigar, sobre todo, teniendo en cuenta que todavía hay testigos de los hechos. Sabe que encontrar a su madre biológica es muy difícil ya que todos sus datos han sido borrados. Pide una ley que les facilite el acceso a los documentos sin necesidad de una orden judicial, así como ayuda con todos los trámites que hay que realizar, entre ellos, las pruebas de ADN. Vanesa no busca otra cosa que la verdad, que ella considera un derecho fundamental que le han arrebatado.
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